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Hace 100 años surgió la Escuela Rural Mexicana, un modelo de justicia para los más necesitados. Para celebrar esa gesta educativa, la 4T cancela la operación de las escuelas de tiempo completo que era la mejor herramienta con que se contaba para lograr equidad y calidad educativa para la población más desfavorecida en este siglo XXI. Un golpe durísimo para los más pobres El Sol de México.

Nos hemos enterado con mucha tristeza de la decisión del gobierno de la República de desaparecer las Escuelas de Tiempo Completo (ETC), esta es una señal más de la poca importancia que tienen la educación, los niños y las mamas para esta administración.

Los antecedentes de las ETC surgen en 1980, cuando en el Distrito Federal se estableció un programa piloto llamado “Jardines de Niños con Servicio Mixto” en el que fundamentalmente se proporcionaba nutrición y alargaba el tiempo de atención de los alumnos en los planteles, dando como resultado una mejor formación y mayores facilidades para que las mamás usaran su tiempo en actividades profesionales. El proyecto piloto funcionó en pocas escuelas por dos años.

En 1996, cuando tuve el privilegio de encabezar la Subsecretaria de Servicios Educativos para el Distrito Federal de la SEP, realizamos diversas investigaciones para conocer los elementos que mejoraban la calidad educativa. Recuerdo que fueron tres los factores más importantes que incidían en mejores resultados. El primero fue la expectativa que los padres tienen sobre lo que significa una buena educación para sus hijos, esto es, entre más creen los papas que la educación va a ser útil para una mejor vida de sus hijos, mejor el aprovechamiento de los alumnos. En segundo lugar, aparecía una buena nutrición, ya que cuando era deficiente, marcaba diferencias importantes en el desempeño de los estudiantes. Y el otro factor relevante, lo era el tiempo que se pasa en el plantel escolar con actividades académicas y formativas. Con estos antecedentes había que encontrar un modelo que incluyera los tres factores: compromiso de los padres de familia, mejor nutrición y más tiempo escolar.

Fue así como primero surgieron las “Escuelas de Jornada Ampliada”, en las que solo se alargó el horario de clases dos horas más. Poco después, con un programa de estudios destinado a reforzar las capacidades de aprendizaje y una estrategia alimentaria, nacieron las “Escuelas de Tiempo Completo” con horarios de 8 AM a 5 PM.

Para echar andar este modelo no contamos con recursos adicionales, se utilizaron los existentes. Se usaron los espacios de aquellos planteles que no contaban con turno vespertino, se reubicaron las plazas de maestros en un solo plantel de aquellos que trabajaban en dos escuela diferentes en distintos turnos y se convocó a la participación de los padres de familia con el compromiso de agregar un alimento caliente al lunch de sus hijos, que sumado a los desayunos escolares del DIF les proporcionaban una nutrición suficiente para toda la jornada.

Como requisito para poner en funcionamiento un nuevo plantel en este modelo, era indispensable que los padres de familia realizaran una asamblea, en donde como mínimo el 90% de los padres debían de firmar una carta-compromiso para participar en el proyecto con el apoyo alimenticio y particularmente en la ayuda y seguimiento al desempeño educativo de sus hijos.

Al final de la administración del Presidente Zedillo se dejaron 600 escuelas trabajando en el modelo de “Tiempo Completo”, en el Distrito Federal, las administraciones que siguieron fueron paulatinamente mejorando y extendiendo el programa a todo el país , hasta que en el sexenio anterior quedo establecido en la Ley como una alternativa importante de operación escolar.

Estas escuelas han contenido la influencia negativa del entorno, han evitado la deserción de sus alumnos y, lo más importante, han formado, entre los más pobres, generaciones de jóvenes deseosos y capaces de continuar estudios. Son escuelas de justicia, de equidad.

Paradójicamente en este 2022, se conmemoran los cien años de la Escuela Rural Mexicana. La Secretaria de Educación Pública da la espalda a una gran historia y cierra las escuelas de tiempo completo, que mantenían para el siglo XXI el ideal igualitario de la escuela de la Revolución.

Con la pandemia la educación entró en profunda crisis, el sistema a distancia no pudo suplir eficazmente a las clases presenciales. El aprendizaje de los niños y jóvenes de mayor pobreza fue muy escaso. Para esta terrible crisis educativa, las capacidades de la Secretaría de Educación Pública, deberían de estar dirigidas a evaluar la situación de los alumnos y a recuperarlos. Con el cierre de las escuelas de tiempo completo se clausura la modalidad de mayor cobertura e impacto para la equidad educativa.

José Vasconcelos y un gran presidente Álvaro Obregón, hace cien años decidieron dar todo lo posible en materia educativa a quienes menos tenían. El resultado fue la reconstrucción de un país que venía de la guerra y la unidad de los mexicanos en los mismos ideales y oportunidades de desarrollo para las nuevas generaciones.

Hoy son tiempos diferentes: se decide quitarle en lo educativo a los pobres lo poco que tienen y se disparan las desigualdades sociales. En verdad hace falta en nuestro México un José Vasconcelos y un presidente que tome en los hechos, no en las palabras, su obligación de atender primero a los pobres.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación.

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