Lauro y María Esthela

Aún se acuerda de miiii…pero que noble quererrrrr ! El persistente estribillo se perdía entre el sueño de Lauro y la embriaguez de tres semanas. La pequeña mesa de madera rústica había caído junto con él en tantas ocasiones cuando el duro suelo lo reclamaba y ¨Como Tú¨, su perro, lamía quejumbroso la cara abotagada, los cabellos desordenados y sucios, los labios resecos en donde nacía un hilo de baba como si con ello, transmitiera su sentir a su amo. Lauro, como todos los días, regresó de su trabajo por la tarde. Compró un pollo en el Carrizo y unas cervezas. Los sábados, se volvía muy común para los jornaleros, después de la jornada laboral en el campo cosechando tomatillo, esperaban la raya y se dirigían al carro que los transportaba a la población más cercana. La alegría, el júbilo estallaban en carcajadas, en charras picantes, en las anécdotas cotidianas, en canciones matizadas de amor, desamor, nostalgias por amores imposibles…. Lauro, guardaba silencio y solo sonreía y agradecía al cielo que él no viviera esas tragedias humanas. María Esthela, era una mujer increíble. La conoció en la Fiesta de Capomos y al flechazo de sus ojos negros intensos, quedó rendido de amor. Un cuerpo hermoso que invitaba a soñar. Y con el primer beso supo también de sus pechos grandes y durísimos. De una fiesta en el pueblo “se la llevó” y la felicidad nació y renació como la hierba que rodeaba las plantas del tomate. Los ladridos de los perros, la chacota de los plebes y las caras expresivas de contento de las mujeres que recibían a sus maridos o de los hijos que recibían a las mujeres solas, recibieron a los trabajadores.Lauro, buscó entre el gentío a su esposa, pero María Esthela no se encontraba. Corrió a su casa con el corazón desbordado por los latidos y la angustia. Las hornillas apagadas, las hojarazca del viejo guamúchil cubriendo el patio. Y el perro, halagándose más que de costumbre como si le anunciara una tragedia. Sobre la cama, encontró la explicación. Una carta escrita. No era muy extensa, no había mucho qué decir, simplemente que no le amaba y se iba con otro…. ¡ Aún se acuerda de miiiiiii ¡ ¡Pero que nobleee querer …!