LA INCREÍBLE HISTORIA DE PETE GRAY

Dicen que hay oportunidades que se presentan solo una vez en la vida y de ti depende tomarla o no, más allá de los factores que las provoquen o las circunstancias en las que lleguen, al final una decisión es lo que se necesita para cambiar toda una vida.
Durante la Segunda Guerra Mundial varios peloteros tuvieron que abandonar los diamantes, incluyendo a las grandes estrellas de la época que ocuparon un lugar en el ejército de los Estados Unidos, tales como Stan “The Man” Musial, Pee Wee Reese, Duke Snider y Ted Williams, por mencionar algunos. Ante este panorama los dueños de los equipos se vieron en la “necesidad” de buscar nuevos jugadores, momento que aprovecharon varios peloteros que encontraron una oportunidad única para jugar en el béisbol de las mayores, uno de ellos: Pete Gray Wyshner.
Considerado un jugador nato con gran velocidad en sus piernas, una garantía en los jardines y con buen promedio en la caja de bateo, Pete Gray fue más allá de los adjetivos otorgados a un jugador promedio de las Grandes Ligas, ya que fue un jugador diferente: tenía un solo brazo. Nacido el seis de marzo de 1915 en Pennsylvania a la edad de seis años perdió su brazo derecho en un accidente automovilístico, situación que no influyó en su lucha por alcanzar su más grande sueño: jugar algún día en el “Yankee Stadium”.
Su primer acercamiento con el béisbol organizado se dio a la edad de diecinueve años, cuando se desempeñaba como filder con el equipo estudiantil “Hanover Lits Baseball Club”, siguió su carrera en equipos semi profesionales de su ciudad y después se trasladó a Brooklyn. En 1942 obtuvo su primer contrato con un equipo de la Liga Canadiense donde su .381 al bat y su desempeño en el campo de juego rápidamente llamó la atención de varios equipos y dos años después se convirtió en el Jugador Más Valioso de la Asociación del Sur.
Su promedio al bat se mantenía por arriba de los .300, 68 bases robadas lo convertían en una verdadera pesadilla para la dupla pitcher – catcher rival, en poco tiempo fue conocido como “One – Armed Wonder” y catalogado como: “el atleta más valiente” por la Asociación de Escritores Deportivos de Filadelfia.
Consciente de su situación que le impedía enlistarse en el ejército a cada momento hacía público el respeto que sentía hacia todos los que se encontraban peleando en la guerra. “Chicos, no puedo luchar y no hay ningún coraje en mí, coraje pertenece al campo de batalla, no al campo de béisbol”, respondía cada vez que alguien intentaba alabarlo por su condición.
Así, en una época en la que el béisbol era la principal distracción en un momento de guerra Pete Gray llegó a las Grandes Ligas al firmar con los Browns de San Luis de la Liga Americana, debutando contra los Tigres de Detroit el 17 de abril de 1945; pero fue el 19 de mayo cuando el sueño de aquél chico de un solo brazo se hizo realidad al jugar en el Yankee Stadium, conectando cinco hits y produciendo dos carreras en la victoria de los Bronws sobre los Yankees.
El fenómeno Pete Gray creció y los fanáticos llenaban los estadios en los que él se presentaba, aplaudiendo cada jugada realizada por el “atleta especial”, no faltaron los detractores que argumentaban que la situación de guerra y la ausencia de las verdaderas estrellas habían favorecido a Gray para poder jugar beisbol profesional, muchos de ellos lo catalogaron como “sólo espectáculo” , pero él era más que eso, nunca se detuvo a desmentir con palabras a quien lo criticaba, ya que estaba muy ocupado visitando hospitales militares y centros de rehabilitación, brindando palabras de aliento a soldados amputados.
Con espíritu de guerrero que lo ayudó a sobreponerse a cada obstáculo en su vida conforme pasó el tiempo los managers y lanzadores de los equipos rivales encontraron el “punto débil” de Pete Gray: las curvas, lanzamientos que se convirtieron en su dolor de cabeza al no poder realizar el swing correcto su porcentaje de bateo comenzó a descender, mismo que era recompensado por su labor a la defensiva.
El término de la Segunda Guerra Mundial también significó el fin de la carrera de Gray en Grandes Ligas, cuando las estrellas regresaron el fenómeno de un solo brazo hizo lo propio y regresó al béisbol de ligas menores donde jugó por más de una década, para después regresar a su ciudad natal donde murió el 30 de junio del 2002.
La historia de Pete Gray inspiró en 1986 una serie de televisión llamada “Un ganador nunca se rinde” y tres libros biográficos; historia épica que comprueba que muchas veces la realidad supera a la ficción y que no hay sueño imposible. Para los libros, Pete Gray pasó a la historia como el único jugador con un solo brazo que ha jugado en las Grandes Ligas, para quienes amamos el béisbol Pete Gray es una razón más para seguir soñando.